
Una vez ocurrió que habia un sabio Caballero Guardián que realizaba sus tareas habituales, cuando recibió la visita del fabricante habitual de armaduras. El fabricante le entregó entonces al Caballero dos flamantes armaduras nuevas, al tiempo que le explicaba que las dos eran exactamente iguales, y que una de ellas era para el Caballero, mientras que la otra era para un compañero que se encontraba ausente, para que se la entregara.
-Tengo una duda! - respondió inmediatamente el Caballero.El fabricante escuchó entonces, atónito, las sorprendentes palabras del sabio Guardián:
-Si es verdad que ambas armaduras son exactamente iguales... ¿Como podré reconocer entre ellas, la que es para mi, y la que es para mi compañero?
2 comentarios:
Es esta una de esas cuestiones fundamentales que existen en nuestra vida pero que no nos planteamos por considerarlas triviales. Necio el fabricante de armaduras por no haberse dado cuenta del gravìsimo dilema en que estaba entrando.
Bàsicamente, la intencion original del fabricante era hacer dos armaduras exactamente iguales para dos caballeros distintos. El problema resultante es lògico, al no poderse reconocer entre las dos ¿Como saber que armadura corresponde a que caballero? En vistas de este diferendo, el fabricante podria haber introducido una variacion en sus armaduras, tal vez una marca de pintura, para diferenciarlas, pero si hiciera esto entrarìa en una contradiccion con sus propositos originales, lo que serìa un embudo Pròposito-pràctico abominable del cual no hay salida posible, como un horizonte de eventos que rompe las barreras de la fìsica misma.
Esto llevarìa al fabricante a elegir entre una u otra opcion, forzosamente. O bien altera sus productos originales y traiciona sus propositos, o por otro lado sacrifica la practicidad de los mismos ateniendose a su vision original del proyecto. Tristemente, es probable que eligiera la segunda opcion de las dos citadas previamente, lo cual nos demuestra hasta que punto nuestra sociedad capitalista se ha adueñado de todas las voluntades, debiendo un artesano adulterar sus productos y esfuerzo, inventiva, esperanza, ilusiones, creatividad, por intereses mas paganos como el dinero.
La ultima solucion posible es triste tambien, dejar a juicio de los caballeros el reparto de las armaduras, con todos los problemas que esto acarrea, como la distincion constante, una vez repartidas, entre las dos armaduras para evitar confusiones. Esto no es probablemente lo que el fabricante tenia en mente cuando elaboro dedicadamente las armaduras, ver como dos hidalgos caballeros deben hacerles una rayita o alguna marca de algun tipo para reconocerlas en el futuro, o pelearse por la que esta en mejor estado.
Tristes circunstancias las actuales, y repito, necio el fabricante al meterse en semejante dilema sin calcular las consecuencias.
Deseo rectificar un fragmento de mi mensaje anterior, ya que no pude editarlo correctamente.
Cuando cite las dos opciones que tiene el fabricante, mencione que es probable que eligiera la segunda. Fue un simple error el mio, pero por suerte estoy en condiciones de arreglarlo a tiempo antes de que el monstruo del tiempo me lleve. Lo que quiero decir es que probablemente el fabricante elegiria la primera opcion, o sea traicionaria sus propositos originales.
Un saludo.
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